Especies autóctonas

Una especie nativa o autóctona es aquella que se encuentra naturalmente en su área de origen. Esto significa, que la especie es originaria del lugar y se ha desarrollado a lo largo del tiempo sin la influencia directa de los seres humanos. Cuando una especie nativa es llevada por las personas a lugares donde normalmente no estaría presente (no pertenece a ese lugar), o donde no podría sobrevivir o llegar por sí sola, se convierte en una especie exótica.

Algunos ejemplos de las especies autóctonas o nativas que encontramos en nuestra provincia son:

1
Guanaco
Lama guanicoe
2
Zorro colorado
Lycalopex culpaeus
4
Lenga
Nothofagus pumilio
3
Huillín
Lontra provocax
6
Lobo marino de un pelo
Otaria flavescens
5
Ñire
Nothofagus pumilio

Especies exóticas en Tierra del Fuego

Una especie exótica o introducida es toda especie de animal, planta, hongo o microorganismo que es trasladada por el ser humano de manera intencional o accidental fuera de su área natural de distribución, es decir, de donde pertenece.

Esto incluye también semillas, huevos, gametas u otras estructuras de reproducción de dicha especie, que puedan sobrevivir y reproducirse.

Las actividades humanas, en particular en las últimas décadas, aceleraron de manera drástica la tasa de movimiento, permitiendo que muchas especies superen barreras geográficas que nunca hubieran atravesado sin la intervención humana.

Se puede decir que cada especie que llega a un nuevo ecosistema puede ser causa de un potencial reordenamiento en la estructura de la comunidad con consecuencias desconocidas.

¿Todas las especies exóticas son invasoras?

No todas las especies exóticas se vuelven invasoras.

Si una especie introducida consigue establecerse y avanzar de manera espontánea (y por lo general sin control) en los nuevos ambientes causando impactos sobre la diversidad biológica, la cultura, la economía y/o la salud pública estamos ante la presencia de una especie exótica invasora. Por ejemplo, zorro gris en nuestra provincia.

El impacto de las que consiguen invadir es con frecuencia muy alto y varía en función de la especie y del hábitat. Las actuales tendencias de globalización del comercio internacional y las consecuencias del cambio climático permiten prever que el problema de las invasiones biológicas aumente en gravedad en el futuro cercano.

Las especies exóticas se comportarán como invasoras solo ante determinadas circunstancias. Por ejemplo, el castor americano (Castor canadensis) es invasor y produce grandes problemas en el extremo austral de la Patagonia argentina y chilena, mientras que en su ambiente de origen es considerado un componente que mantiene una dinámica de relaciones con el resto de los integrantes de su ecosistema.

Las especies exóticas invasoras (EEI) son la primera causa de extinción de especies nativas en áreas naturales protegidas, y la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial.

Impactos de las especies exóticas invasoras (EEI)

Si bien muchas especies exóticas introducidas intencionalmente han generado beneficios económicos al país (como los cultivos y el ganado). Al ser especies introducidas desde otros ambientes, las especies exóticas invasoras causan severos impactos ecológicos, económicos, sanitarios y culturales, y son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en nuestro planeta.

El Convenio de Diversidad Biológica, plantea la necesidad de evitar y reducir el impacto de estas especies en todo el planeta.

Los principales impactos son:

Competencia con especies nativas:

Las especies exóticas pueden competir con las especies nativas por ciertos recursos. Ejemplo: las especies vegetales compiten por el agua, los nutrientes y la luz. Las especies animales compiten también por los refugios y el alimento. Es así como las especies exóticas depredan fuentes de alimento o nutrientes del suelo que necesitan nuestras especies autóctonas para vivir. Esto puede llevar a que la especie exótica desplace a la especie autóctona.

Un ejemplo es la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), originaria del oeste de América del Norte. Es un pez grande, de hasta unos 60 cm, que fue introducido en 1904 en lagos y ríos de nuestro país de manera intencional, para la pesca deportiva y comercial. Este pez afecta a los peces nativos, como el puyén (Galaxias maculatus), ya que compite por el alimento y el espacio.

También se alimenta de peces pequeños, anfibios e invertebrados.

Otro ejemplo es el visón americano (Neovison vison).

Este mamífero carnívoro semiacuático es originario de Canadá y Estados Unidos, que, si bien es de ambientes de lagos y ríos patagónicos, también tiene presencia en la costa marina.

Los visones consumen pequeños roedores, en primer lugar, y también crustáceos, aves (adultos, pichones y huevos). No solo eso, sino que también podría utilizar los mismos refugios o el alimento que el huillín, especie nativa de Tierra del Fuego.

Impacto sanitario:

Las EEI son una seria amenaza a la salud humana, ya que muchas de ellas pueden ser vectores de una variedad de enfermedades.
Muchas de estas dolencias toman por sorpresa o poco preparados a los sistemas nacionales de salud, cuyos profesionales no cuentan con la experiencia ni los recursos necesarios para enfrentar estos nuevos desafíos.

Impacto cultural:

Las EEI también tienen efectos sobre la cultura, tradiciones y costumbres de los pueblos y sobre el conocimiento acerca
del valor y el uso de la diversidad biológica. En poco tiempo, regiones enteras con alta diversidad biológica, son colonizadas
por un conjunto de especies oportunistas que se repiten a través de los distintos biomas.

Un ejemplo de pérdida concreta de patrimonio cultural, se da en nuestra provincia donde los conejos introducidos (Oryctolagus cuniculus) alteran los yacimientos arqueológicos removiendo y restando valor interpretativo a vestigios dejados por pueblos originarios.

Modificaciones en la estructura de los ecosistemas:

Algunas EEI se comportan como “ingenieros ecosistémicos” en el sentido de que su presencia modifica múltiples componentes del ambiente y afectan a conjuntos completos de especies nativas, así como al funcionamiento del ecosistema. Algunos de estos cambios incluyen la producción de compuestos tóxicos para otras especies, alteraciones en la frecuencia o intensidad de los incendios, alteración del flujo de agua en ríos y arroyos o cambios en las condiciones físico-químicas del medio.

EL CASO DEL CASTOR EN TIERRA DEL FUEGO

El castor (Castor canadensis) es un roedor semiacuático, cuyo origen es América del Norte. Los primeros ejemplares fueron introducidos en las cercanías del lago Fagnano, en la zona centro de la Isla Grande de Tierra del Fuego por una gestión del entonces
Ministerio de Marina en 1946, con la intención de establecer una población silvestre que pudiera utilizarse para la producción peletera (industria dedicada a la elaboración de indumentaria a partir de cuero y piel animal) generando un recurso valioso para el desarrollo de la economía de la isla.

Además, junto al castor se introdujeron individuos de la rata almizclera (Ondatra zibelthicus) con el mismo objetivo.

Si bien las intenciones fueron buenas, en aquel entonces, no se tuvo conciencia del alto impacto que produciría esta especie
en los ecosistemas australes, sin enemigos naturales, como los osos y lobos de Canadá, y con cantidad de recursos disponibles, el castor encontró el mejor de los escenarios para multiplicarse y expandirse territorialmente.

El castor consiguió colonizar la mayoría de los cursos de agua de la isla, tanto del lado argentino como del chileno, amenazando al sur de la provincia los bosques puros de Lenga (Nothofagus pumilio) y los bosques mixtos de Lenga y Guindo (Nothofagus betuloides); y en el centro de la provincia a los bosques de Ñire (Nothofagus antarctica) presentes en el ecotono. Estos bosques son un ecosistema único, muy restringido y de altísimo valor de conservación a nivel global, además particularmente el bosque de lenga demora unos 200 años en recuperarse.

Hoy se estima que la población de castores alcanzó los 200.000 individuos, los cuales no solo invadieron los ambientes de bosque, sino también la estepa al norte de la isla grande de Tierra del Fuego.
 
 

Presencia del castor en la Isla Grande de Tierra del Fuego

Te invitamos a acercarte al Punto de Observación en el Arroyo Subiabre, en la Reserva Forestal Bombilla